Los presidentes Dimitri Medvedev de Rusia, Hu Jintao de China, Dilma Rousseff de Brasil, Jacob Zuma de Sudáfrica y el primer ministro indio Manmohan Singh.
Los líderes de las potencias emergentes advirtieron que la volatilidad de los precios de las materias primas amenaza la recuperación mundial y manifestaron preocupación por los flujos de capital que empujan la revalorización de sus monedas.
La suba de los precios de los alimentos, energía y metales a raíz de la catástrofe nuclear en Japón y del conflicto en Libia están empujando la inflación al alza, alertaron los dirigentes de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), reunidos en Sanya (sur de China). "La excesiva volatilidad de los precios de las commodities, y en particular la de los alimentos y la energía, plantea nuevos riesgos para la recuperación en curso de la economía mundial", dice la declaración final de la cumbre.
Las cinco naciones se comprometieron a "llevar a cabo una cooperación más estrecha en seguridad alimentaria" e instaron a la comunidad internacional a trabajar unida para aumentar la capacidad productiva de materias primas en general y no sólo de los productos alimenticios. Los cinco países representan más del 40% de la población mundial y su Producto Interno Bruto (PIB) representó el 18% del mundial en 2010, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los presidentes Dimitri Medvedev de Rusia, Hu Jintao de China, Dilma Rousseff de Brasil, Jacob Zuma de Sudáfrica y el primer ministro indio Manmohan Singh alertaron por otro lado sobre la amenaza que representa el "masivo" aflujo de capitales hacia sus economías. "Llamamos a prestar mayor atención a los riesgos de flujos masivos internacionales de capital a los que se ven enfrentados actualmente las economías emergentes", sostienen.
Los países emergentes, con economías boyantes y tasas de interés elevadas para frenar la inflación, se han convertido en imanes para capitales que buscan una rentabilidad mayor que la de los países industrializados, que pusieron las tasas en sus mínimos históricos para salir de la recesión. Pero ese arribo masivo de capitales valora en exceso la moneda de los emergentes, lo cual alimenta la presión inflacionaria y afecta la competitividad de sus exportaciones en países con cambio flotante, como Brasil.
El gobierno brasileño adoptó varias medidas para esterilizar esa llegada incontrolada de dinero; a fines de marzo, aplicó un impuesto de 6% a los préstamos de corto plazo de bancos y empresas fuera del país. China por su lado se protege de ese fenómeno dejando un escaso margen de flotación a su moneda, el yuan, en su cotización frente al dólar.
Los líderes de los BRICS también alentaron la discusión sobre el papel de las reservas de divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI), al notar que la crisis global ha expuesto lo "inadecuado y deficiencias" del sistema monetario y financiero actual. "Apoyamos la reforma y la mejora del sistema monetario internacional con un sistema internacional de reservas de divisas más amplio que proporcione estabilidad y tranquilidad", dice la declaración.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el Secretario estadounidense del Tesoro, Timothy Geithner, abogaron el mes pasado por ampliar la cesta de divisas de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, durante un seminario del G20 en China. La canasta de DEG, inventada en 1969 para servir de activo de reserva internacional, se compone de cuatro monedas: el dólar estadounidense, el euro, la libra esterlina y el yen japonés. Los países occidentales quieren que el yuan integre esa cesta como parte de sus esfuerzos para empujar a Pekín a flexibilizar su polémico y rígido régimen cambiario.
Brasil también abogó en varias ocasiones por una flexibilización del sistema canciario chino, que perjudica a los exportadores del país sudamericano, aunque el asunto no fue abordado en la cumbre de Sanya, según dijo el presidente del Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) brasileño, Luciano Coutinho. Los BRICS señalaron que sus bancos de fomento acordaron abrir líneas de crédito en monedas nacionales, en una política destinada a reducir la dependencia dl dólar, según indicó el banco de desarrollo ruso Vnesheconombank.
Los líderes dijeron que la energía nuclear seguirá siendo un "importante elemento en la mezcla energética" de los países del grupo. Este anuncio se produce en un marco de cuestionamientos a ese tipo de energía tras el accidente nuclear de la planta japonesa de Fukushima Daiichi, provocado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo pasado. "La cooperación internacional en el desarrollo de energía nuclear con fines pacíficos debería realizarse bajo estricta vigilancia y altas normas de seguridad", apuntaron los dirigentes de los BRICS.
La suba de los precios de los alimentos, energía y metales a raíz de la catástrofe nuclear en Japón y del conflicto en Libia están empujando la inflación al alza, alertaron los dirigentes de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), reunidos en Sanya (sur de China). "La excesiva volatilidad de los precios de las commodities, y en particular la de los alimentos y la energía, plantea nuevos riesgos para la recuperación en curso de la economía mundial", dice la declaración final de la cumbre.
Las cinco naciones se comprometieron a "llevar a cabo una cooperación más estrecha en seguridad alimentaria" e instaron a la comunidad internacional a trabajar unida para aumentar la capacidad productiva de materias primas en general y no sólo de los productos alimenticios. Los cinco países representan más del 40% de la población mundial y su Producto Interno Bruto (PIB) representó el 18% del mundial en 2010, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los presidentes Dimitri Medvedev de Rusia, Hu Jintao de China, Dilma Rousseff de Brasil, Jacob Zuma de Sudáfrica y el primer ministro indio Manmohan Singh alertaron por otro lado sobre la amenaza que representa el "masivo" aflujo de capitales hacia sus economías. "Llamamos a prestar mayor atención a los riesgos de flujos masivos internacionales de capital a los que se ven enfrentados actualmente las economías emergentes", sostienen.
Los países emergentes, con economías boyantes y tasas de interés elevadas para frenar la inflación, se han convertido en imanes para capitales que buscan una rentabilidad mayor que la de los países industrializados, que pusieron las tasas en sus mínimos históricos para salir de la recesión. Pero ese arribo masivo de capitales valora en exceso la moneda de los emergentes, lo cual alimenta la presión inflacionaria y afecta la competitividad de sus exportaciones en países con cambio flotante, como Brasil.
El gobierno brasileño adoptó varias medidas para esterilizar esa llegada incontrolada de dinero; a fines de marzo, aplicó un impuesto de 6% a los préstamos de corto plazo de bancos y empresas fuera del país. China por su lado se protege de ese fenómeno dejando un escaso margen de flotación a su moneda, el yuan, en su cotización frente al dólar.
Los líderes de los BRICS también alentaron la discusión sobre el papel de las reservas de divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI), al notar que la crisis global ha expuesto lo "inadecuado y deficiencias" del sistema monetario y financiero actual. "Apoyamos la reforma y la mejora del sistema monetario internacional con un sistema internacional de reservas de divisas más amplio que proporcione estabilidad y tranquilidad", dice la declaración.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el Secretario estadounidense del Tesoro, Timothy Geithner, abogaron el mes pasado por ampliar la cesta de divisas de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, durante un seminario del G20 en China. La canasta de DEG, inventada en 1969 para servir de activo de reserva internacional, se compone de cuatro monedas: el dólar estadounidense, el euro, la libra esterlina y el yen japonés. Los países occidentales quieren que el yuan integre esa cesta como parte de sus esfuerzos para empujar a Pekín a flexibilizar su polémico y rígido régimen cambiario.
Brasil también abogó en varias ocasiones por una flexibilización del sistema canciario chino, que perjudica a los exportadores del país sudamericano, aunque el asunto no fue abordado en la cumbre de Sanya, según dijo el presidente del Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) brasileño, Luciano Coutinho. Los BRICS señalaron que sus bancos de fomento acordaron abrir líneas de crédito en monedas nacionales, en una política destinada a reducir la dependencia dl dólar, según indicó el banco de desarrollo ruso Vnesheconombank.
Los líderes dijeron que la energía nuclear seguirá siendo un "importante elemento en la mezcla energética" de los países del grupo. Este anuncio se produce en un marco de cuestionamientos a ese tipo de energía tras el accidente nuclear de la planta japonesa de Fukushima Daiichi, provocado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo pasado. "La cooperación internacional en el desarrollo de energía nuclear con fines pacíficos debería realizarse bajo estricta vigilancia y altas normas de seguridad", apuntaron los dirigentes de los BRICS.
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